Aunque el tiempo de Málaga, sus fiestas y su playa hayan convertido a la ciudad andaluza en uno de los principales destinos vacacionales en España, Málaga es mucho más que eso. Sus calles despenden una combinación mágica de ruinas romanas, elementos árabes y monumentos cristianos que conforman un escenario único.

Además, los amantes del arte tienen una parada imprescindible en la capital de la Costa del Sol. Picasso dio sus primeras pinceladas en Málaga, una ciudad que inspiraría gran parte de su obra, expuesta en el Museo Picasso de Málaga. Se trata de una de las pinacotecas más importantes de España.

La gastronomía de Málaga es otro de los puntos fuertes de la ciudad. Los espetos, el vino dulce y muchos otros productos son característicos de esta zona de Andalucía. Además, en fechas clave como la Feria de Málaga o la Semana Santa, la ciudad se viste de gala y saca el mejor partido de sus platos típicos y de su baile por excelencia: el flamenco.

¿Por dónde empezar?

Málaga es una “ciudad para todos los públicos”, ya que combina cultura, arte y buen ambiente todo el año. Paseando por la Calle Larios os impregnaréis del ambiente festivo de la ciudad, podréis ir de compras y degustar su afamado vino dulce.

Recorriendo el casco histórico es imposible no maravillarse con monumentos como la Catedral, el Teatro Romano o la majestuosa Alcazaba que corona la ciudad. En cuanto a patrimonio artístico, hay tres museos de Málaga que resultan un auténtico estímulo para los sentidos: el Museo Picasso, el Museo Thyssen y el Centre Pompidou. ¡Imprescindibles!

Por si todos estos atractivos no fueran suficientes, Málaga está rodeada de preciosos pueblos blancos que conforman la imagen típica de Andalucía. Entre las visitas cercanas más bonitas que hacer desde Málaga destacan Frigiliana, Nerja o Ronda. ¡Albergan auténticas joyas arquitectónicas y naturales!